jueves, 18 de abril de 2019

Víctor Hugo "Notre Dame de París



Portada de "Nuestra señora de París" de Víctor Hugo en una edición original.(la tercera)



A propósito del incendio de la catedral de "Notre Dame ocurrido el 15 de abril en parís, Francia,las noticias del otro lado nos cuentan que se han disparado las ventas de esta novela .

¡Celebremos pues la lectura!  

El comienzo de esta obra (que fue encargada al escritor para enaltecer la catedral) comienza así traducida al castellano:

LIBRO PRIMERO I LA GRAN SALA

Hace hoy (1) trescientos cuarenta y ocho años, seis meses y diecinueve días que los parisinos se despertaron al ruido de todas las campanas repicando a todo repicar en el triple recinto de la Cité, de la Universidad y de la Ville.

De aquel 6 de enero de 1482 la historia no ha guardado ningún recuerdo. Nada destacable en aquel acontecimiento que desde muy temprano hizo voltear las campanas y que puso en movimiento a los burgueses de París; no se trataba de ningún ataque de borgoñeses o picardos, ni de ninguna reliquia paseada en procesión; tampoco de una manifestación de estudiantes en la Viña de Laas ni de la repentina presencia de

Nuestro muy temido y respetado reñor, el Rey, ni siquiera de una atractiva ejecución pública, en el patíbulo, de un grupo de ladrones o ladronas por la justicia de París.
No motivaba tampoco la aparición, tan familiar en el París del siglo XV, de ninguna atractiva y exótica embajada, pues hacía apenas dos días que la última de estas cabalgatas, precisamente la de la embajada flamenca, había tenido lugar para concertar el matrimonio entre el Delfín y Margarita de Flandes, con gran enojo, por cierto, de monseñor el Cardenal de Borbón que, para complacer al rey, hubo de fingir agrado ante todo el rústico gentío de burgomaestres flamencos y hubo de obsequiarles en su palacio de Borbón con una atractiva representación y una entretenida farsa, mientras una fuerte lluvia inundaba y deterioraba las magníficas tapicerías colocadas a la entrada para la recepción de la embajada.

Adela nació el segundo día de la revolución. Lo que aquel 6 de enero animaba de tal forma al pueblo de París, como dice el cronista Jehan de Troyes, era la coincidencia de la doble celebración, ya de tiempos inmemoriales, del día de Reyes y la fiesta de los locos.

Ese día había de encenderse una gran hoguera en la plaza de Grévez (2), plantar el mayo en el cementerio de la capilla de Braque y representar un misterio (3) en el palacio de justicia. 
La víspera, al son de trompetas y tambores, criados del preboste de París, ataviados de hermosas sobrevestas de camelote color violeta, y con grandes cruces blancas bordadas en el pecho, habían ya hecho el pregón por las plazas y calles de la villa y una gran muchedumbre de burgueses y de burguesas acudía de todas partes, desde horas bien tempranas, hacia alguno de estos tres lugares mencionados, escogiendo según sus gustos la fogata, el mayo o la representación del misterio.”(…)

Las referencias 2 y 3 son muy significativas en la edición cuyo texto se ha reproducido.

1. Nota de Víctor Hugo en la página del título de su manuscrito: «He escrito las tres o cuatro primeras páginas de Nuestra Señora de París el 25 de julio de 1830. 
La revolución de julio me interrumpió. Después vino al mundo mi querida pequeña Adela (¡bendita sea!) y continúo escribiendo Nuestra Señora de París el primero de septiembre; la obra se terminó el 15 de enero de 1831.»


(2) Lo que hoy es la plaza del Hótel de ville (Ayuntamiento) se conocía como plaza de Grève hasta 1830. Bajaba suavemente hasta el río Sena. En la Edad Media era el punto de reunión de los obreros sin trabajo. Bajo el antiguo régimen, los burgueses y demás gentes del pueblo que habían sido condenados a muerte,eran ahorcados en esta plaza. Los nobles o personajes de relieve eran decapitados allí mismo con hacha o con espada, y los culpables de herejía eran quemados vivos, así como muchos de los acusados de brujería. A los asesinos se les colocaba en la «rueda» y a los acusados de crímenes de lesa majestad se les descuartizaba.


(3) Parece como si Víctor Hugo mezclase deliberadamente (para dar quizás mayor densidad a las fiestas de gran regocijo popular) épocas y fiestas diversas. Así, tenemos en efecto que la Edad Media celebraba el carnaval durante dos meses y el autor ha unido estas celebraciones con la «plantación del mayo», que en su origen era un árbol verde adornado de cintas que se plantaba con mucha pompa el primero de mayo. La fiesta del seis de enero tenía en la Edad Media un gran relieve popular y la fiesta de los locos (heredera de las antiguas saturnales) se situaba en fecha variable entre diciembre y enero. Estaba, en principio, reservada al bajo clero, que en ella encontraba motivos para protestar contra las más altas jerarquías. Degeneró y acabó siendo prohibida, aunque era más bien una prohibición de derecho que no de hecho.





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